PremoniciónSe despertó derrepente en una gélida noche, abrumado por un terrible sueño, pues en él, su pasaje para la vida eterna cayo en el poder de los enemigos fronterizos. Corriendo sin parar y exaustado hacia el gran balcón del templo del Sol, Amenofis observó una gran montaña en forma de pirámide echa por la mano del hombre en cuyo vértice mayor, de roca caliza reflejaba la luz de la luna. Tras contemplarla durante horas volvió a la realidad y salir de ese sueño que le martirizaba al pensar que su tumba, su pasadizo al mundo de los muertos había sido asaltado y destruidos por los nubios.
Tras esa noche aun atemorizado por el sueño no podía parar de pensar en un asedio contra su ciudad y hablo con sus consejeros reales, todos le recomendaron que no se precipitara pues lo que el vio solo fue una simple pesadilla y poner en alerta todo un reino era una autentica locura.
El tiempo pasó y el Faraón olvido esa terrible pesadilla pues lo que ese día acontecía era una gran fiesta dirigida al dios RA dios del sol, dicha ceremonia se celebro en el templo en el cual residía el Faraón. Esa noche mientras dormía tras la gran ceremonias de ofrendas a RA, escucho un gran estruendo, se despertó velozmente y se dirigió sin demora al balcón del templo y ... ocurrió lo menos esperado la pirámide, su único portal al mundo de los muertos estaba siendo saqueado por el mayor ejército nunca visto de nubios. Amenofis recordó el sueño y se dio cuenta de que RA le había avisado en su propio templo y que el momento del asedio iba a ser el día de RA, al ver la desgracias que le estaban sucediendo decidió arrojarse al vacío desde 20 metros y acabar así con su sufrimiento.